¿Cuándo puede usarse la radiación?
La radioterapia muy pocas veces es el tratamiento principal contra el mieloma múltiple, pero podría ser parte del tratamiento para algunas personas. El proveedor de atención médica podría recomendar la radioterapia en los siguientes casos:
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Para aliviar el dolor de huesos que no responde a otros tratamientos
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Para prevenir fracturas
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Para prevenir daños en la médula espinal cuando los huesos de la columna vertebral (llamados vértebras) se pliegan, lo que se considera una emergencia médica
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Para tratar un único tumor de células plasmáticas, llamado plasmocitoma solitario (en este caso, la radioterapia puede ser el tratamiento principal)
Se reunirá con el equipo de atención médica para analizar si la radioterapia es el tratamiento adecuado para usted y en qué casos. El equipo puede incluir un hematólogo, un oncólogo radioterapeuta y un oncólogo médico.
¿Qué sucede durante la radiación?
La manera más frecuente de recibir radioterapia para el mieloma es mediante una máquina grande de rayos X. La máquina dirige haces de energía invisibles, llamados fotones, hacia el tumor. A este tratamiento se lo conoce como radioterapia de haz externo. El proveedor de atención médica que se especializa en cáncer y radiación se llama oncólogo radioterapeuta. Este proveedor trabaja con usted para decidir el tipo de radioterapia que necesita. También determina la dosis y la duración del tratamiento.
La radioterapia de haz externo se administra en régimen ambulatorio en un hospital o en una clínica. Esto significa que puede volver a su casa ese mismo día. La frecuencia y la duración de la radioterapia dependen del motivo por el que se administra. Suele administrarse como tratamientos diarios, 5 días a la semana, de lunes a viernes. Para tratar el dolor, una fractura o prevenir daños en la médula espinal, se administra durante unas semanas. Si se usa para tratar un plasmocitoma solitario, suele administrarse durante 4 a 6 semanas.
Preparativos para la radioterapia
Antes de recibir el primer tratamiento, se le hará una sesión para determinar exactamente hacia dónde debe dirigirse el haz de radiación. Este proceso se llama simulación. Esto puede tardar hasta 2 horas. Durante esta sesión, se pueden hacer pruebas de diagnóstico por imágenes, como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o tomografías por emisión de positrones. Con estas pruebas, el oncólogo radioterapeuta puede saber con exactitud dónde está el tumor para dirigir la radiación. Se pueden hacer yesos o moldes del cuerpo en la consulta. Los moldes se usan para que se ubique en la misma posición en cada sesión de tratamiento. También se evita que se mueva durante el tratamiento.
El radioterapeuta forma parte del equipo de radioterapia. Usted se acostará en una camilla y se quedará quieto mientras el radioterapeuta usa una máquina para definir el campo de tratamiento o puerto. El campo es el punto exacto del cuerpo a donde se dirigirá la radiación. El terapeuta puede marcarle la piel con puntos de tinta semipermanente o tatuajes diminutos. Esto se hace para apuntar la radiación exactamente al mismo lugar en cada sesión.
Los días que recibe radiación
Los días que reciba radioterapia, se acostará en una camilla. La máquina girará a su alrededor. Es posible que deba usar una bata de hospital. Es muy parecido a hacerse una radiografía, solo que dura un poco más. Por lo general, la radioterapia toma unos 15 a 30 minutos en total. Pero debería planificar estar allí alrededor de una hora.
Al comienzo de la sesión de tratamiento, el radioterapeuta puede colocarle protectores especiales para proteger las partes sanas del cuerpo de la exposición a la radiación. Luego, ajusta la máquina para que la radiación se dirija al lugar correcto. Quizá vea que las luces de la máquina se alinean con los puntos en la piel que le marcaron durante la simulación.
Cuando esté listo, el radioterapeuta saldrá de la sala y encenderá la máquina. Es posible que escuche zumbidos o chasquidos, como el sonido de una aspiradora, mientras se administra la radiación. Durante el tratamiento, podrá oír al terapeuta y hablarle a través de un intercomunicador. Y el terapeuta puede verlo. No se siente la radiación y tampoco duele. Ni le quedará radioactividad en el cuerpo después de finalizar.
Qué esperar después de la radioterapia
Dado que la radiación afecta tanto las células normales como las cancerosas, es posible que tenga algunos efectos secundarios. En general, los efectos secundarios suelen limitarse a la zona del cuerpo en tratamiento. Suelen empeorar a medida que avanza el tratamiento. Informe al proveedor de atención médica acerca de los efectos secundarios que tenga. A menudo puede darle recomendaciones para aliviar esos efectos secundarios. En casos poco frecuentes, si los efectos secundarios no son tolerables, el proveedor de atención médica puede cambiar o suspender el tratamiento hasta que los efectos secundarios mejoren. El proveedor de atención médica controlará su respuesta a la radioterapia al menos 3 meses después de la última sesión de tratamiento.
Posibles efectos secundarios
Los efectos secundarios comunes de la radiación incluyen lo siguiente:
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Puede tener irritación o cambios en la piel donde recibe radiación. Suele parecerse a una quemadura solar grave. Además, la piel puede ampollarse, secarse, picar y pelarse.
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Puede sentir cansancio.
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Si la radiación se dirige al estómago o a la pelvis, puede tener náuseas o diarrea.
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Según la zona del cuerpo irradiada, puede tener un recuento bajo de glóbulos.
Si tiene alguno de estos efectos secundarios, hable con el proveedor de atención médica sobre cómo tratarlos. También consulte cómo saber cuándo son graves y cuándo debe comunicarse con el proveedor. Sepa cómo obtener ayuda fuera del horario de atención del consultorio y durante los fines de semana o los feriados.
Los efectos secundarios suelen desaparecer con el tiempo una vez finalizado el tratamiento.