Más información sobre el quimiocerebro

Muchos efectos secundarios de la quimioterapia son bien conocidos. Por ejemplo, cansancio intenso (fatiga), náuseas, vómitos y caída del cabello. Un efecto secundario frecuente que puede ser menos conocido es la disminución de la función mental. Esto incluye pensamiento, atención, memoria, habilidades lingüísticas y concentración. No está claro cómo o por qué la quimioterapia puede afectar estas habilidades. Algunos investigadores creen que los medicamentos pueden afectar directamente las partes del cerebro que controlan estas funciones.

Actualmente, se están llevando a cabo muchas investigaciones sobre el quimiocerebro. Los expertos intentan descubrir cuál es la causa exacta y qué se puede hacer para prevenirlo o tratarlo. En algunos estudios, se ha demostrado que algunas personas informaron síntomas de quimiocerebro incluso antes de comenzar el tratamiento. Por otro lado, otras personas lo informan a pesar de que nunca recibieron quimioterapia. O notan los problemas cuando reciben radiación o tratamientos hormonales para el cáncer. En algunos casos, los síntomas continúan durante mucho tiempo después de finalizar el tratamiento. Con base en esta información, los investigadores pueden aprender más sobre este problema y sus posibles tratamientos.

Cómo afrontarlo

El impacto del quimiocerebro varía según cada persona. La pérdida de memoria o de concentración puede ser más incapacitante para algunas personas que para otras, dependiendo de su estilo de vida y del uso diario de estas funciones. Por ejemplo, si una persona muy ocupada tiene un millón de cosas que hacer todos los días y tiene estos cambios sutiles, podría causarle más problemas. Muchas veces, otras personas ni siquiera notan los cambios. Aun así, puede resultar muy molesto para la persona que los padece.

A continuación encontrará algunos consejos que lo ayudarán a afrontar el quimiocerebro:

• Limite las distracciones. Cuando necesite concentrarse en una tarea, como pagar las cuentas o preparar la cena, hágalo en un ambiente tranquilo y silencioso. Limite el ruido de fondo del televisor o la música. Intente no contestar el teléfono hasta que haya terminado. No haga múltiples tareas.

• Practique las tareas difíciles. Si necesita llevar a cabo una tarea compleja, es conveniente que la practique hasta que le resulte muy familiar.

• Consulte con su cerebro. Si siente que está distraído o su mente divaga, trate de preguntarse cada tanto: "¿qué estoy haciendo ahora?" o "¿en qué estoy pensando?". Esto evita que desvíe su atención y lo ayuda a volver a enfocarse.

• Escríbalo. Escriba en un diario y una agenda diaria. Utilice listas de tareas pendientes y cree recordatorios para usted mismo.

• Organícese en casa. Tenga un lugar específico para cada cosa en la casa y en la oficina y ponga las cosas en el mismo lugar cada vez que las use. Esto evitará que tenga que buscarlas.

• Estimule la mente. Ejercite la mente como un músculo. Pruebe hacer crucigramas, practique deportes con sus hijos o haga cualquier actividad divertida que lo mantenga entretenido y estimulado. De este modo, también se previene o controla la depresión, la fatiga y el estrés.

• Controle el estrés, duerma lo suficiente y haga actividad física. El nivel alto de hormonas del estrés disminuye la capacidad mental, al igual que la falta de ejercicio y descanso.

• Utilice fórmulas mnemotécnicas. Se trata de recursos, como pequeñas frases o canciones pegadizas, que ayudan a las personas a recordar cosas.

• Coma bien. Intente llevar una alimentación a base de frutas y verduras. Las vitaminas y antioxidantes que contienen son buenos para las células cerebrales. Además, son buenos para el resto de tu cuerpo.

• No beba alcohol. También limite o evite otros factores que puedan cambiar su estado mental o sus patrones de sueño.

• Lo más importante es pedir ayuda. Hable con sus familiares y amigos o con un proveedor de atención médica. Infórmele a su familia que está teniendo dificultades para concentrarse y que es posible que necesite ayuda o recordatorios con ciertas tareas. Si está muy preocupado por su memoria o concentración, hable con el equipo de atención médica contra el cáncer. Es posible que lo deriven a un neuropsicólogo. Se trata de un psicólogo que se especializa en estudiar la relación entre el cerebro y el comportamiento. Podrán brindarle consejos más personalizados.