Leucemia mieloide crónica (LMC): radioterapia
¿Qué es la radioterapia?
La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer en el que se usan rayos X de alta potencia para destruir las células cancerosas o impedir que crezcan. La radioterapia también se denomina terapia de radiación. El objetivo es destruir las células cancerosas o reducir el tamaño de los tumores.
¿Cuándo se usa la radioterapia para la leucemia mieloide crónica (LMC)?
La quimioterapia es el tratamiento más común para la LMC, pero en casos excepcionales también se usa la radioterapia. Se puede usar en los siguientes casos:
-
Tiene síntomas que no mejoran con otros tratamientos. Por ejemplo, el bazo puede estar inflamado y presionando el estómago. Esto puede dificultar la ingesta de alimentos. La radiación puede reducir la inflamación del bazo y aliviar la presión sobre el estómago.
-
Le duelen los huesos. Si la quimioterapia no funciona, la radiación puede detener el crecimiento de las células leucémicas. Esto puede aliviar el dolor causado por el crecimiento excesivo de células leucémicas en la médula ósea.
-
Se está preparando para un trasplante de células madre. Esto se hace con poca frecuencia para la LMC, pero la radioterapia en todo el cuerpo mata no solo las células leucémicas, sino también las células de la médula ósea. Esto puede evitar que rechace las células madre trasplantadas. Se denomina irradiación corporal total. Se envían dosis iguales de radiación a todas las partes del cuerpo.
¿Cómo se administra la radioterapia?
El proveedor de atención médica especializado en cáncer y radiación se denomina oncólogo radioterapeuta. Este proveedor de atención médica trabaja con usted para decidir el tipo de radioterapia que necesita. También determinan la dosis de tratamiento y su duración.
Los tratamientos de radiación no duelen. Son muy parecidas a una radiografía, salvo que duran más, entre 15 y 30 minutos. Sin embargo, debe planificar un total de 1 hora cada día para el tratamiento total Puede recibir los tratamientos como paciente ambulatorio o como paciente hospitalizado. Eso significa que puede volver a su casa ese mismo día. Como paciente interno significa que pasa la noche en el hospital. Si el tratamiento se dirige solo a una pequeña parte del cuerpo, lo más probable es que sea ambulatorio. Si se está preparando para un trasplante de células madre, es posible que reciba el tratamiento en régimen de hospitalización.
Posibles efectos secundarios de la radioterapia
Con la radioterapia se pueden destruir las células cancerosas, pero también se pueden dañar las células normales cercanas. Esto puede causar efectos secundarios a corto y largo plazo. Algunas personas no tienen efectos secundarios o solo unos pocos.
Si tiene efectos secundarios, el proveedor de atención médica puede cambiar la dosis de radiación o la frecuencia con la que recibe tratamiento. También puede suspender el tratamiento hasta que los efectos secundarios desaparezcan. Infórmele al proveedor de atención médica de inmediato los efectos secundarios que tenga. Es importante tratarlos antes de que empeoren.
Los efectos secundarios a corto plazo de la radioterapia dependen de dónde se dirija la radiación, y pueden incluir lo siguiente:
-
Náuseas, vómitos y diarrea si recibe radiación en el abdomen
-
Sensación de cansancio (fatiga)
-
Caída del cabello en la zona tratada (puede ser permanente)
-
Irritación de la piel en la zona tratada, con formación de ampollas y descamación
-
Dolor de boca (mucositis) y sequedad de boca si se tratan la cabeza y el cuello
La radiación también puede reducir el recuento de glóbulos. Por eso, el proveedor de atención médica vigilará de cerca los recuentos de glóbulos.
Es posible que los efectos secundarios a largo plazo no se manifiesten hasta varios años después de finalizar el tratamiento. Los siguientes son algunos de los posibles efectos secundarios a largo plazo:
-
Crecimiento de otro tipo de cáncer en la zona tratada
-
Problemas crónicos de la piel, como enrojecimiento
-
Recuentos bajos de glóbulos. Después del tratamiento con radiación (y quimioterapia), es posible que la médula ósea no se recupere por completo. Es posible que tenga recuentos bajos de glóbulos y necesite un seguimiento especial.
-
Infertilidad (incapacidad para tener hijos)
-
Cataratas
Colabore con los proveedores de atención médica
Hable con los proveedores de atención médica sobre los efectos secundarios a corto y largo plazo a los que debe prestar atención. También pregunte qué puede hacer para prevenirlos o aliviarlos. Sepa cuándo debe llamar al equipo de atención médica. Asegúrese de saber a qué teléfono llamar si tiene preguntas o problemas, incluso fuera del horario de atención, en días festivos y los fines de semana.
Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Escriba cualquier cambio que note, la gravedad y cuándo se produce. Con una lista escrita, le resultará más fácil recordar las preguntas cuando acuda a la próxima cita. También les facilitará a usted y al equipo de tratamiento colaborar en el armado de un plan para controlar los efectos secundarios.