¿Qué pruebas podría necesitar después del diagnóstico?
Después de un diagnóstico de linfoma de Hodgkin, es probable que necesite hacerse más pruebas. Estas permiten a los proveedores de atención médica obtener más información sobre el cáncer. Sirven para saber si ha crecido en zonas cercanas. O si se ha propagado a otras partes del cuerpo. Los resultados de las pruebas ayudan a los proveedores a proporcionarle un pronóstico y a decidir la mejor forma de tratar el cáncer. Hable con el equipo de atención médica si tiene alguna pregunta sobre estas u otras pruebas.
Las pruebas que podría necesitar incluyen lo siguiente:
Biopsia y aspirado de la médula ósea
No siempre es necesario hacer un aspirado de la médula ósea y una biopsia. Pero pueden usarse para comprobar si el linfoma se ha propagado a la médula ósea. Las 2 pruebas se hacen al mismo tiempo. La médula ósea es el centro líquido y espeso de ciertos huesos. Es donde se fabrican los glóbulos. Para hacer el aspirado, se introduce una aguja a través de la piel y por la parte posterior del hueso de la cadera. Después se utiliza una jeringuilla para extraer parte de la médula ósea. Después se utiliza otra aguja para sacar una parte del hueso.
Se acostará boca abajo o de lado. Se le limpia la piel. Se usa una aguja fina para adormecer la piel y la superficie del hueso de la cadera. Después se introduce una aguja más gruesa a través del hueso hasta llegar a la médula. Es posible que sienta algo de dolor cuando se extraiga la médula ósea. Es posible que sienta presión cuando se haga la biopsia ósea.
La médula ósea se envía al laboratorio para su análisis. Se acostará boca arriba con un poco de hielo en la cadera después de esta prueba. Es posible que le duela la cadera durante unos días.
Pruebas de diagnóstico por imágenes
Radiografía de tórax
En esta prueba se usa una pequeña cantidad de radiación para crear imágenes del interior del pecho. Los ganglios linfáticos inflamados del pecho pueden observarse en una radiografía de tórax.
Tomografía computarizada
Puede hacerse en el pecho, el abdomen y la pelvis. En esta prueba se utiliza una serie de radiografías tomadas desde muchos ángulos. Una computadora reúne las radiografías en una imagen detallada.
Es posible que tenga que beber un medio de contraste justo antes de la exploración. O puede que le inyecten el colorante en la vena a través de una vía intravenosa, o ambas opciones. El tinte permite que las imágenes sean más claras en las radiografías. El tinte puede causar una sensación de calor y rubor en todo el cuerpo. Informe a su proveedor de atención médica si tiene alergia o ha tenido alguna reacción al tinte.
En una tomografía computarizada pueden aparecer ganglios linfáticos inflamados, hinchazón del bazo o tumores en el hígado.
Tomografía por emisión de positrones
Para esta prueba, se introduce un azúcar radiactivo en el torrente sanguíneo. Las células cancerosas utilizan más azúcar que las células normales, por lo que el azúcar se acumula rápidamente en las células cancerosas. Después se utiliza una cámara especial para determinar en qué parte del cuerpo se encuentra el azúcar radiactivo.
A veces, una TEP puede detectar linfomas en distintas partes del cuerpo, incluso cuando no se pueden distinguir con otras pruebas. También se puede saber si el tratamiento del linfoma está funcionando. Por lo general, esta prueba se emplea junto con una tomografía computarizada. A esto se le llama exploración mediante TEP/TC (o PET/CT, por su sigla en inglés).
Resonancia magnética
En una resonancia magnética, se utilizan imanes grandes y ondas de radio para tomar imágenes detalladas del interior del cuerpo. Una resonancia magnética no es tan útil como una tomografía computarizada para detectar un linfoma. Pero puede servir para saber si el cáncer se ha extendido al cerebro y la médula espinal.
En esta prueba, permanece acostado en una camilla mientras esta se desliza dentro de un escáner en forma de tubo. Si no se siente a gusto en espacios reducidos, es posible que le administren un medicamento (sedante) para que se relaje antes de la prueba. Mediante el tomógrafo se dirige un haz de ondas de radio a la zona que se está comprobando. Normalmente se necesita más de un juego de imágenes.
Esta prueba es indolora, pero puede durar una hora o más en función del número de imágenes necesarias.